Ceremonia del Retorno
Poemario presentado por Yolanda Westphalem en el Museo de la Nación
EL RETORNO
DE GERSON PAREDES
Ceremonia del Retorno de Gerson Paredes Coz, está conformado por tres partes, este poemario declara la
“guerra a los profanadores de nuestras panakas y tesoros ancestrales”, aunque ello no impide tesoros tan
bellos como El rostro del Sol, por ejemplo, donde “el jaguar lame sus doradas garras/ ha
encontrado el camino”. Hay que decir que muchos de estos poemas tienen su traducción quechua y que algunos, escritos
con prosa poética, narran la historia del pueblo Wanka, como los que aparecen en la segunda parte de este libro, que
se ha inspirado en la cultura andina.
Si bien es verdad que yo me considero el Champollion peruano por haber descifrado las matemáticas que aparece
en los huacos del valle de Cañete, tal como lo demostré en mi articulo publicado en la revista Caretas,
también es cierto que Carlos Milla Villena se refiere a la matemática de la Cruz del Sur y el Gran Atractor (1) . Sobre este conocimiento está basado el
libro de Gerson Paredes, quien logra producir bellos poemas como “La huella del águila”, por ejemplo ó
“Danza del fuego en el día del jaguar”, donde dice que
“Ella se entregaba a los brazos del viento
embriagada por el canto de la noche”
precisamente porque Bellas sacerdotisas de Luna Alistan el altar de la fecundidad, o este otro poema:
“Épica del Inkarri en los días de la luna y el desierto rojo”, tan bello como el titulado “Telar” ó
también “Elementos” ó “Ensayo ante el pozo”, que configuran los textos de una cultura andina que todos
llevamos dentro.
La Molina, 6 de Agosto del 2007
Enrique Verástegui
(1) Una de las teorías cosmológicas en boga actualmente.
VELADA DE MEDIA NOCHE
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(Chraupi tuta velacuy)
Aquí estoy, en el lugar secreto
para conversar contigo
gran espíritu.
PLEGARIA
Wiracocha:
Padre mío recibe las plegarias
De esta rebelde criatura corazón de piedra
Que insiste en su lucha contra los profanadores
Dame el coraje del jaguar el ojo de águila
La sagacidad del zorro y la paciencia del búho
Bendice mi honda para defender al maíz
Concédeme tu gracia cuando llegue la noche.
CEREMONIA DEL RETORNO
Gran santuario Wari Willka, templo de mis padres,
Padre cerro, Huaytapallana, hacedor de flores,
(Majestuoso como el sol es tu blanca túnica)
Madre Lazo Huntay, espejo de estrellas
Hemos venido por caminos de arco iris
Para conversar con nuestro padre milenario
Señor del universo, maestro del mundo
Desde esta cumbre estamos más cerca de tus ojos
Recibe las hojas que confortan nuestro ánimo
Hojas quinto seleccionadas de buen gusto
En fino manto hemos cargado chicha de jora
Obtenida de las entrañas de nuestra madre
Gran ordenador, recibe el pan niño
Tiene perfume de Acllas vírgenes
Que la tierra blanca corrija nuestros caracteres
Que los convierta en caracol escarlata de los océanos
Y conceda la fuerza del rayo a nuestras voces
Estamos aquí resistiendo
Los extirpadores no acallaron la dulce voz
De las azucenas en la gran pradera
Al igual que muchas naciones originarias,
Como nuestros hermanos dakotas y lakotas
Hemos salido del mundo silencioso
Y declaramos la guerra a los profanadores
de nuestras panakas y tesoros ancestrales.
Por las calles empedradas de la ciudad
Llega el Pachakutii de los tiempos escondidos
El Intihuatana calcula la velocidad del padre sol
¡Ayúdanos a cuidar nuestra raza, Gran Señor!
Pronto ha de llegar el ojo de la gran estrella
Entonces gritaremos: “¡EXISTIMOS TODAVÍA!”
EL ROSTRO DEL SOL
Cuando el espíritu huye
Es necesario invocarlo con humo
Guerreros de otros lados
Quiebran columnas de hormigas
Un niño sigue huellas de alacranes
( No reveles el nombre de las wakas
ante los extirpadores )
El jaguar lame sus doradas garras
Ha encontrado el camino
La música de media noche
Y el canto de las escogidas
Estremecen al espíritu
El danzante milenario afina sus tijeras
Aguarda el kutichi
La poesía es la voz legítima
del hombre sobre la tierra*
Por Roberto Manzano (Cuba)

Gerson Paredes Coz es poeta y profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Pertenece a la etnia wanka, una de las más importantes del mundo prehispánico y de las más activas e influyentes en el mundo peruano de hoy. Nació en las mismas entrañas de la cultura wanka, de padre y madre wankas, dentro de los auspicios de los ricos ceremoniales wankas, bajo la tutela azul de los Andes milenarios. La madre tierra salió a recibirle en las manos de la madre de su madre, bajo los ojos esperanzados de sus seres queridos. La cultura profunda y verdaderamente humana un poeta no la adquiere en los claustros universitarios, tan llenos hoy de esquemas y anteojeras occidentales, sino en el olor y el contorno de las semillas que lo han puesto de pie en el aire. Ahora Gerson Paredes oficia también en la cátedra, pues en los entornos de la añosa San Marcos conoció a otros comidos por la misma fiebre, entró en contacto con la sabiduría intelectual del planeta, y enseña a sus paisanos y los peruanos todos dónde están las esencias de la cultura compleja, telúrica, cósmica de su querido e inmenso país. La poesía lo acompaña, porque ese es el primer oficio de todo poeta: acompañar. Todos los poetas del mundo son nuestros compañeros invisibles.
Hay deberes que están en la atmósfera, y que los seres humanos de alta espiritualidad captan con absoluta nitidez.
Gerson Paredes ha sentido el deber –y la gratitud inmensa, pues todo deber comienza por una gratitud sin medidas– de darle voz a los suyos, a los hombres y mujeres que estuvieron junto a él cuando se incorporó a la vida, a los hombres y mujeres que forman parte de la comunidad de sueños y anhelos en que se formó como ciudadano, como poeta, como miembro de la sociedad humana. Todos estamos hundidos en la cultura como en un bosque de símbolos, y hay una sola jerarquía entre los hombres: unos contienen más seres humanos que otros. Aquel que está solo en su mundo interior, necesita mucha ayuda, pues padece una absoluta situación de fragilidad espiritual. Los poetas tienen una terapéutica increíble, que distribuyen con abundante generosidad: construyen unas piezas de cultura, llamadas poemas, orales o escritas, en que se logra el milagro de sanación de que el que está solo se sienta acompañado, y crezca en el acompañamiento misterioso de lo sugerente hacia comunidades enteras concertadas dentro de su espíritu. Individuo y colectividad se funden en la poesía verdadera.
Gerson Paredes posee una pluralidad alta siempre en su enunciación. De este modo, su canto adquiere un carácter mediumnímico poderoso, cuyas irradiaciones de espíritu tratan de englobar el aura deseosa de cada wanka por él conocido y las demandas globales de sus poblados territorios de sensibilidad. Wanka él mismo, se siente autorizado para hablar por todos, y en un trasiego de información inefable, ha ofrecido sus mensajes y recibido los de los otros, que le anillan la proyección telúrica. ¿Puede entenderse ejercicio espiritual de tal naturaleza tan sólo como arte? No al menos como lo entiende la cultura occidental, tan llena de esnobismos y escándalos de transgresión que no añaden ni un adarme a la cultura artística de hoy en el mundo. Las ceremonias poéticas de Gerson Paredes, adalid del retorno, podrán parecernos arte aquí hoy, sin los vasos comunicantes poderosísimos que seguramente tienen en su medio natural: las altas montañas de su pueblo, llenas de ojos que miran con la misma fosforescencia de los jaguares, o de manos que se elevan y arrojan sombras como las enormes del Padre milenario. En las ceremonias de un pueblo se amalgaman la poesía, la religión, la cosmogonía, la medicina, la política, el arte en sentido general, la sublimación de la vida cotidiana, las interrogaciones frente a la vida y a la muerte. Cuando un poeta, en cualquier comunidad de cultura, encarna estas claves, se convierte en sacerdote súbito.
Pálida es la palabra humana cuando se escribe en hojas que se aprietan unas contra las otras, o cuando se pronuncian por oficiantes sentados sin entusiasmo, hastiados de la comunicación entre semejantes. Pero cuando la palabra levanta de los asientos y yergue ofrendas, y danza convocando a lo desconocido, o estableciendo intercambios entre mundos aparentemente alejados, la solidaridad profunda de la enunciación logra que la palabra rebase los idiomas, sus espantosas y productivas cárceles. La poesía es superior a las artes restantes, pero como el pavo real, aunque tiene múltiples ojos cromáticos, exhibe una limitación muy grande: está cifrada en idiomas. La pintura y la música cruzan las fronteras idiomáticas sin dificultades: las metáforas de Lorca se desdibujan al descender en Helsinki, y las de Celan al entrar en La Habana. Gerson Paredes nos ofrece muchos textos en quechua, que los wankas hablaron primero que los incas, y seguramente en su voz encontraremos las resonancias genéticas de una lengua original que hemos perdido, y que los poetas debemos luchar por recuperar a brazo partido. Entre otras cosas, la ceremonia del retorno nos incluye a todos, pues todos somos hablantes de la auténtica sustancia humana, y oficiantes de nuestro propio destino sobre la tierra.
* Roberto Manzano
(Ciego de Ávila, Cuba, 1949).
Poeta y ensayista. Premio Nicolás Guillén, de México, en el 2004 y Premio Nicolás Guillén, de Cuba, en el 2005. Premio de Literatura Infantil La Rosa Blanca 2005. Premio Samuel Feijóo de Poesía y Medio Ambiente. Finalista en el Festival de Poesía de Medellín, Colombia, 2007. Finalista en el Festival de la Lira, en Cuenca, Ecuador, 2007.
Ha ofrecido recitales y conferencias en universidades de México, Venezuela y Estados Unidos. Máster en Cultura Latinoamericana. Profesor adjunto de la Universidad de La Habana.
Sus versos han sido traducidos al griego y al inglés. Imparte diplomados para la formación de escritores. Tiene un gran número de libros publicados.
Trabaja como Jefe de Redacción de Poesía en la Editorial Letras Cubanas.
Sitioweb: www.robertomanzano.info
E-mail: poesia@icl.cult.cu; manzano@cubarte.cult.cu