2005


Nueva
Poesía
Hispanoamericana



Antología de poetas
de Hispanoamérica


Nueva Poesía Hispanoamericana
Antología de poetas
de Hispanoamérica de
Gerson Paredes Coz
    -INDICE- 

El extremo del gran circulo Lluvia de tortugas
 
       EL EXTREMO DEL GRAN CIRCULO 
        
        
        (El número que buscaba
        y abstrajo sus entrañas
        yace entre sueños
        la primera clave es la cima
        del verbo
        hecho carne bajó a la ciudad perdida
        fue transformándose en asfalto
        espantado, huyó al desierto
        hasta llegar a la montaña del gorila
        allá doma dinosaurios moteados
        y habita en cuevas,
        Una de ellas contiene el enigma.)
        

        No entiendo tu lógica, primero me hieres y luego aparezco al centro del arco iris. Tal vez, no seas más que un reflejo
        de los tiempos en reloj de sombra.
        Me alejé por voluntad propia y en este valle fui testigo de la destrucción. El único dios era el desorden, entonces
        clamé:¡Tú que eres perfecto, haz que no se apague el sueño de las rosas!
        
        He llegado lejos. Al pie de la montaña, donde los desplazados, aquellos que les fue borrada la memoria, construyen una
        gran ciudad. En las noches, convertido en águila, ame a las gaviotas y golondrinas de velo oscuro. Mas, en cada
        invierno, los verdugos quemaban casas, deshojaban flores y arrastraban inocentes en bolsas de carbono. Remolinos de
        arena sepultaban voces. Los sobrevivientes, anudaban sus lenguas y sellaban sus ojos, respiraban a escondidas.
        Pensamientos y cantutas eran escasos.
        
        Al recibir la señal, escogí halcones guerreros y como huracanes, durante meses acechamos al dragón, con espadas de filos
        múltiples decapitamos sin compasión sus cabezas. Mas, sin sentirlo, fui herido por la noche. Perdí el camino...
        La lluvia limpia los valles rojos de mi torso desnudo.
        En mi bolso llevo el viejo libro de la quebrada, a través de su lectura he hallado el fuego, el fuego que comparto en
        cuevas.
        Limpio mi espada.
        Ausculto voces. debo estar esquizofrénico dicen...
        No desestimo tu ribera. Se me alcanza un olivo...
        Llévame ahora. Envuélveme en el sueño puente.
        El niño de arena se arrodilla y clama entre muchedumbre.
        No olvides, son voces diferentes.
        
        Señor sin rostro, uno solo es el camino. ¿No oyes la canción?
         
                                           (Págs. 89 y 90)   



 
      LLUVIA DE TORTUGAS
    
    A los habitantes de primeras ciudades.
    
    Del cielo desposeído
    Bajaron tortugas
    
    Con caparazones de esteras
    Todas las noches llegaron sin cesar
    Y cavaron sus nidos
    Del mar a la montaña
    
    Algunas sucumbieron por el fuego
    Otras retornaron al océano
    Las que sobreviven
    Cubren sus heridas con vendaje azul
    
    Los niños de arena
    
    Tienen extraños juguetes
    Arrean con palitos grillos y arañas
    Al interior de las tortugas
    (Lejos del bullicio
    duerme un alacrán albino)
    
    Así comienza, la nueva historia.